En principio, una fiscalización tributaria es un proceso mediante el cual el Fisco verifica el adecuado cumplimiento tributario de los contribuyentes. Dicho proceso puede iniciarse de manera aleatoria; por criterios de riesgo determinados por la Administración Tributaria, o bien por antecedentes específicos.
El proceso inicia con la notificación de un requerimiento de información, sin embargo, esta etapa podría tomar un rumbo más complejo dependiendo de múltiples factores. A continuación, se mencionan los 5 factores más relevantes:
- Imposibilidad de atender un requerimiento extenso en el plazo legal de 3 días hábiles:
Dada la cantidad de documentación requerida; no disponer de la información o la necesidad de incurrir en tiempo adicional para elaborar integraciones contables extensas con casillas específicas requeridas por la Administración Tributaria.
- La forma en que se responde a los requerimientos:
No contar con una persona calificada, que conozca la operación de la compañía y que atienda correctamente los cuestionamientos o inquietudes.
- Calidad de la documentación de soporte:
No disponer de una contabilidad detallada, integrada o con respaldo documental suficiente.
- Diferencias significativas entre lo declarado y lo que figura en el sistema del Fisco:
- Variaciones de ingresos reportados en los regímenes de IVA, ISR e ISO
- Variación en ingresos reportados versus contabilidad
- Compras que no se relacionan con el giro habitual de la compañía, entre otros.
- Requerimiento de información de años prescritos, entre otros factores.
Extender requerimientos de información por posibles procesos de revisión de IVA o procedimientos de fusión.
Dichas situaciones podrían generar implicaciones económicas o legales significativas, como:
- Aplicación de sanciones
- Ajustes de impuestos importantes
- Pérdida de beneficios fiscales
- O inclusive escenarios extremos como: cierre temporal; multa por resistencia a la acción fiscalizadora o delitos tributarios.
Adicionalmente, hay que considerar el impacto indirecto que esto podría ocasionar: la afectación de la reputación frente a clientes, proveedores o inversionistas y la interrupción del funcionamiento normal del negocio por destinar recursos para preparar información o atender la fiscalización.
Por lo que, es fundamental conocer el momento en que una fiscalización se vuelve una situación difícil, entender sus causas, para determinar las acciones a seguir y evitar consecuencias mayores.
Finalmente, una alternativa preventiva es la realización de un diagnóstico tributario 360, enfocado a conocer el estatus actual tributario; estableciendo medidas de corrección prioritarias, lo cual evitará riesgos representativos y otorgará al empresario una visión clara de la situación fiscal.
En Accountax, contamos con la experiencia y el conocimiento necesario para brindar asesoramiento y guiarte, con la finalidad de que tanto empresarios como sus equipos de trabajo se sientan seguros y en #PazFiscal.
Fabiola Talento
Directora División Consultoría